nadie sabe a donde va, ni de donde viene
te disfrazas de amante en tus lóbregos cuarteles,
acudo a ti en busca de ayuda,
de una pizca de inspiración;
pero solo encuentro sombras
que amenazan con perdición.
el mismo banco, la misma plaza,
distintos compañeros.
el mismo cuento, la misma cama
distintos sueños.
si te perdí, el destino lo quiso así,
quizá el dolor algún día me haga feliz,
en tus manos deposite todas mis esperanzas
tu cerraste el puño y rápido corriste a casa.
bajo el techo de amparaste del aguacero
yo corrí por los tejados como un gato en celo,
pero nadie acudió a mi llamada
solitario entoné mi balada.
rima mi autoestima al sentirse dañada
busco en unos versos un poco de gracia,
ya no creo en dios
siendo sincero, no creo en nada.
no vas a venir hoy
también se que no vendrás mañana
se siente solo el campeón
venció al miedo y nadie le aclama.
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